martes, 21 de junio de 2011

"El objetivo es lograr células funcionales de cualquier órgano”

A finales de los años noventa, un joven Yamanaka “pensó en donar embriones suyos y de su esposa” a los laboratorios japoneses que tenían problemas para conseguirlos.

A finales de los años noventa, un joven Yamanaka “pensó en donar embriones suyos y de su esposa” a los laboratorios japoneses que tenían problemas para conseguirlos. De este modo, les permitía seguir la línea de investigación que iniciaban en ese momento. Pero “cuando vi las células embrionarias al microscopio pensé en mis dos hijas, que entonces eran pequeñas”. Este fue el motivo por el que decidió arriesgarse –pensaba que tardaría 30 años– y buscar otra vía para evitar la destrucción de embriones. Lo consiguió en sólo seis años. En 2006 logró generar las llamadas células madre de pluripotencia inducida o iPS (por sus siglas en inglés) y cambiar un paradigma de la biología del desarrollo. Su nuevo enfoque le ha valido, entre otros, el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento de Biomedicina, que recogió la semana pasada en Madrid.

-¿Qué son las iPS?

-Células que poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular especializado. Se obtienen de células adultas que, tras someterse a un proceso de reprogramación, se vuelven tan versátiles como las células madre embrionarias.

-¿Cómo se le ocurrió que podría dar marcha atrás al reloj celular?

-La idea de la reversión de las células especializadas se nos ocurrió al analizar los trabajos sobre las primeras ranas clónicas (en los años setenta) y sobre la oveja Dolly (1996).

-Y evitaron un problema ético importante, pero, ¿son seguras?

-Las primeras células iPS de ratones que obtuvimos eran muy peligrosas, porque usábamos retrovirus y oncogenes. Pero han pasado cinco años y se han registrado unos avances considerables en este campo en el mundo. Estamos luchando para que el futuro prometedor de las células iPS se convierta en una realidad y en una fuente de esperanza para muchos pacientes.

-Algunos científicos han alertado de que estas células mantienen cierta memoria. ¿Cómo puede evitarse?

-Con el último avance, que acabamos de publicar en Nature, hemos conseguido una técnica más segura. Hemos sustituido el encogen Myc (que estaba dentro del cóctel necesario en la reprogramación), por el factor de transcripción Glis, un gen mágico, conseguido tras analizar 1.400 genes, que no genera tumores y con el que el método ha ganado en eficiencia.

-¿Cuáles han sido los momentos más difíciles de todos estos años?

-Si le tengo que ser sincero, creo que el momento más complicado es el actual. Todavía tienen que pasar unos cuantos años hasta que podamos ofrecer tratamientos de medicina regenerativa basados en células madre.

-¿Cuántos?

-Gracias a los últimos avances, está más cerca, aunque reconozco que se necesitará un tiempo mínimo de 10 años para poder ver resultados.

-¿Cómo será el futuro cuando esté lista esta tecnología?


-Si yo, a mis 48 años de edad, enfermo del corazón, los investigadores pueden ya reprogramar mis propias células y obtener con ellas tejido cardiaco, que puede incluso latir. Estas células son como las mías antes de enfermar, como cuando yo era un bebé y podrían trasplantármelas para curarme. Como son mis células, no sufriría rechazo.

-¿Qué tipo de órganos podrán regenerarse con las células iPS?

-Creo que la retina será el primero. Tiene la ventaja de que nos bastará con implantar un número relativamente pequeño de células. Y de que resultará fácil examinar las células implantadas. En el caso improbable de que ocurriera algún problema, como un cáncer, lo detectaríamos y lo erradicaríamos con láser.

-¿Qué está investigando en estos momentos?


-Estoy involucrado, en colaboración con otro grupo de investigadores de la Universidad de Keto en Tokio (Japón), en un ensayo clínico para tratar las lesiones medulares.

-¿Cuál es su objetivo?

-Lo ideal es conseguir células de un determinado órgano que sean funcionales. Por el momento, no hemos conseguido ni células betapancreáticas ni hepatocitos. Mi objetivo es disponer de células seguras que puedan reponer los daños ocasionados en diferentes patologías.