miércoles, 9 de diciembre de 2009

Doce años riendo sin parar.

La famosa “edad del pavo” que llega con la pre-adolescencia es algo universal que ocurre pautadamente como un mecanismo de crecimiento y definición social del individuo, caracterizada fundamentalmente por reírse de todo. Todos recordamos esas épocas de nuestra infancia con un poco de incredulidad, muchas veces sacando lacónicas conclusiones sobre nuestra idiotez adolescente. En algunos casos, sin embargo, la edad del pavo continúa algunos años más.

En China un matrimonio lo tiene bien claro, pues tal como publica The Sun ha sido testigo de doce años de risas continuas por parte de su hija de trece años Xu Pinghui, quien no para de reírse desde que tiene ocho meses. La neurología ha mostrado un serio interés en el caso, y ya se ha previsto un estudio a fondo de la adolescente.

A los ocho meses Xu Pinghui fue atacada por una fiebre que parece haberle dejado secuelas verdaderamente nefastas. La chica nunca aprendió a hablar, y desde los dos años la única manera de comunicarse es a través de risas. “No somos nada felices. Verla reír nos hace estar más tristes que si la viéramos llorar”, dice con tristeza Yang Longying, madre de la niña.

Xu Weiming, padre de la criatura, ha gastado todo su dinero en el neurólogo para atender a la niña, y los neurólogos encargados del caso han programado un estudio de su cerebro, ante lo que se supone que es un daño en el lóbulo frontal causado por la fiebre que Xu Pinghui sufrió a los ocho meses.

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